La cocina puede representar un espacio de trabajo, el lugar donde las personas inician su día o donde grandes cosas suceden, pero esto dependerá en gran medida de su composición y de los factores que en este sitio convergen, los cuales la dotarán de valor e historia.
Desde la visión arquitectónica existen dos modelos predominantes, la americana (contra pared) y la europea (con islas centrales). Ambas poseen atributos que, a la hora de cocinar, brindan a las personas emociones únicas que les permiten llevar su experiencia culinaria a otro nivel, siendo distinta para cada una de ellas.
Además, más allá de cómo esté configurada y el espacio al cual se delimite, cuando se trata de cocinar existen elementos que suman y transforman lo que en ella sucede y es ahí donde figuran la historia personal de cada individuo, las emociones, el sentido de pertenencia y el amor por la cocina.
“La cocina es una parte fundamental del hogar, de ese lugar tan especial que bombea nuestro día a día, donde crecimos desde pequeños y en el cual nos hemos forjado. Sin embargo, cuando hablamos de recuerdos en casa es probable que sea junto a las madres o abuelas guisando donde haya surgido la admiración por ese espacio, pues a partir de sus enseñanzas e historias aprendimos lo que es cocinar”, comentó Mikel Alonso, chef embajador de Monogram, la línea de cocinas de lujo de mabe.
Y es que el materializar platillos no se trata únicamente de ejecutar la receta como está escrita, sino de darle un toque único que venga de las raíces y pueda fusionarse en perfecta armonía con los elementos presentes en la cocina, mismos que van desde los ingredientes hasta los utensilios y aparatos.
“El tiempo invertido en la cocina no debe ser medido cuantitativamente, sino cualitativamente y para ello tenemos muchas herramientas que nos permiten disfrutar con todos los sentidos nuestra experiencia cocinando. En lo personal puedo referirme a estufas o parrillas que están para regalarnos calidad y disfrute gastronómico, permitiéndonos regresar a las tradiciones; un ejemplo de ello son las creadas por Monogram, que redefinen la cocina a partir de la eficiencia y estilo”, agregó Alonso.
A decir del chef, la armonía dentro de este espacio central del hogar depende de la historia emocional y personal del individuo, la composición arquitectónica, los utensilios y los ingredientes, pues son factores primordiales que van conectando con el cocinero, guiándolo por una travesía de sabor y gusto.
“El gran proyecto y lucha es magnificar el espíritu por el cual te enamoraste en un inicio de la cocina y hacer que eso también pueda ser de utilidad para las personas que están contigo dentro de ella; la gracia, el poder estar en una cocina que sea lo más alegre y funcional posible es sin duda lo que te mantiene conectado con el sentido más puro de la gastronomía, sus orígenes e historia”, finalizó el chef embajador de Monogram.
Sobre el Chef Mikel Alonso (KOMA y LUR)
Originario de Biarritz, encontró su vocación en la Escuela de Cocina de Luis Irizar, donde obtuvo su matrícula de honor en Cocina.
En 2006 fundó el restaurante Biko, un referente en la gastronomía contemporánea de nuestro país, y reconocido en varias ocasiones por la lista de los 100 mejores restaurantes del mundo por la revista británica Restaurant Magazine.